lunes, 15 de noviembre de 2010

anónimo

Pierdo el conocimiento y no recuerdo nada al despertar, al hacer mi mayor esfuerzo, vagamente se viene una imagen a mi mente, lamentablemente solo es la silueta de una sombra que no logro ver su rostro, ni siquiera su ropa, puede que haya sido un producto de mi imaginación.
Puede ser mi vecino, o simplemente una persona común y corriente ante la mirada de la demás gente y hasta de la mía, lo podré saludar todas las mañanas con un "buenos días" o solo saludarlo con la mano.
Cuando muy pocos se acuerdan se acuerdan de él, cuando muchos saben a que se dedica, oye el llamado y acude lo más rápido que puede y hace todo lo que está a su alcance para lograr su cometido, tal vez no siempre podra y aunque querrá luchar más, sabe exactamente que hizo lo que pudo.
Tal vez no se de cuenta, tal vez si, no necesita recordarlo, pues él lo sabe, sabe exactamente que esto es grandioso para él, pues no por nada se unió, no por nada hace sacrificios de su vida para hacer esto que le apasiona, tal vez no sepamos su nombre en el primer encuentro que tengamos y tal vez nunca lo sepa y puede que nunca me acuerde de quien estuvo ahí en ese momento, pero estoy felíz porque estuvo en el preciso minuto preciso para no irme a otra parte.
No es preciso que lo llenen de premios ni reconocimientos, él ya tiene sus trofeos marcados, a veces se conforman con un simple "gracias" y la mayoría de las veces se conforma por hacer lo suyo, pues es parte de su vida y permanece en el anonimato para que simplemente lo saludes en la mañana con un "buenos días" o con una sonrisa.